La hernia discal es un problema óseo que se produce cuando una parte o todo un disco de la columna vertebral pasa a través de otra parte debilitada, de manera que se ejerce presión sobre los nervios que pasan por la zona.
Para entender esto, hay que tener en cuenta que las vértebras de la columna protegen los nervios que provienen del cerebro y bajan formando la médula espinal. Estas vértebras se separan por discos, que amortiguan la columna vertebral ante los movimientos que podamos hacer.
La hernia discal se produce cuando uno de estos discos está afectado, se rompe o sale de su lugar por algún tipo de trauma o esfuerzo. Esto sucede especialmente en la región lumbar de la columna, y sus principales consecuencias pueden ser, sobre todo dolor, entumecimiento o debilidad.
Si tenemos en cuenta la definición de lo que es una hernia discal y de qué manera se produce, vemos que estadísticamente es difícil que lo sufra un niño. Los casos de hernia discal infantil que se dan suelen ser por el efecto de un accidente o por un problema congénito al nacer, que afecte al tamaño del conducto raquídeo lumbar.
Después de un completo examen físico por parte de un especialista en el que se analizará un posible entumecimiento, reflejos musculares lentos y la curvatura de la columna, el médico puede decidir aplicar un tratamiento conservador al niño con hernia discal. Con esto se tratará de evitar por todos los medios posibles las inyecciones de esteroides y la cirugía, por las consecuencias agresivas que puede tener en un organismo infantil.
Uno de los primeros tratamientos que se recomienda es reposo, con analgésicos y antinflamatorios no esteroideos, seguidos de unas sesiones de fisioterapia. Una opción, en caso de espasmos importantes, es la administración de relajantes musculares.
La fisioterapia es esencial para los adultos con hernia discal, pero sobre todo para los niños que tienen este problema. Un experto puede explicarles cómo moverse de manera adecuada para no dañarse y trabajar los músculos de su columna, que por estar en edad de crecimiento no estarán lo suficientemente fortalecidos como para ayudar a sostener la columna sin problemas. Además, le ayudará a ganar la flexibilidad necesaria para evitar que esta patología no se repita ni tenga consecuencias importantes en su crecimiento.
Foto: Ubio Tex