Muchas personas sufren accidentes o pequeños problemas de salud, especialmente en el ámbito traumatológico, que hacen que necesiten recurrir al uso de un aparato de ortopedia durante un tiempo concreto, con el objetivo de recuperarse de su problema físico.
La verdad es que la gama de productos ortopédicos es muy amplia en la actualidad, y permite un muy alto nivel de comodidad a sus usuarios. El problema es que son elementos de un precio importante, lo que hoy en día dificulta su adquisición para muchas personas debido a la crisis económica. Además, hay que tener en cuenta que numerosos pacientes solo necesitan usarlos durante un tiempo determinado hasta su recuperación, y después ese producto, que acostumbra a ser de dimensiones ostensibles, queda en casa, ocupando un espacio sin dar ningún provecho.
Una buena opción para evitar todos estos inconvenientes, en el caso de personas con lesiones de recuperación que necesita de un tiempo relativamente corto, es optar por el alquiler de los productos de ortopedia que necesitamos en un momento determinado.
De hecho, la mayoría de las empresas de ortopedia ubicadas en España ofrecen la posibilidad de alquilar algunos productos tan habituales como muletas o sillas de ruedas, en vez de que sus clientes tengan que comprarlos para usarlos durante una semana o dos. Tan solo se tiene que dejar una cantidad económica en concepto de fianza, que se les devuelve en cuanto retornan el producto ortopédico alquilado, y pagar una cantidad mínima de dinero, calculada en base a los días que lo vamos a usar, incluyendo descuentos si es por una, dos o tres semanas.
Con la opción del alquiler, un paciente puede usar durante el tiempo necesario aparatos tan diversos como camas eléctricas, andadores, sillas de ruedas (eléctricas y de diseño tradicional), scooters eléctricos, grúas para el manejo de enfermos y muletas. Todo ello sin necesidad de hacer un gasto desmesurado y teniendo la tranquilidad de que, una vez superado el problema físico, ya no tendremos el objeto ortopédico en casa, ocupando un espacio que seguramente no tenemos y convirtiéndose muchas veces en un mal recuerdo de algo que nos ha sucedido.